“-¿Te enteraste que la tal Kim Kardashian sacó un video porno?
-¿Y esa quién es?
-No sé. Tú ve el video.
-Bueno”.
Esta fue la conversación que, hace 10 años, marcó un antes y un después en la cultura pop de Estados Unidos, pues estábamos a punto de conocer a la nueva reina de los medios, la emperatriz de los paparazzi, la ama y propietaria de la pregunta “¿por qué es famosa?”, la inigualable señora (sí, ya es una doña) Kim Kardashian West.
Hace unos añitos atrás, esta jovencita de aspecto precoz, invadió ligeramente el contenido pornográfico del 2007, con un video “robado” parecido al de gente bella como Paris Hilton y Pamela Anderson, quienes redoblaron el poder de su fama gracias al contenido erótico de sus videos.
Bueno ¿y sí está hot?
Es una pregunta relativa. Para algunos, Kim es una mujer realmente atractiva, única para los amantes de traseros grandes y cejas pobladas. Para gente como la de South Park, es una mujer duende peluda e inaguantable.
Supongo que esa fue la raíz de la popularidad de dicho video, ver si realmente te gustaba o te parecía bastante frío; alimentar el morbo, como dicen por ahí. Ese juicio depende de cada quien. Lo que sí, es que al buscar el video, estarás condenado a seguir viendo más sugerencias de temas relacionados, porque ¡uuufff!, vaya que al internet le gusta tener contenido de celebridades en situaciones sexuales, sean falsas o verdaderas.
Hoy, Kim Kardashian es un emporio de cosas que nadie necesita, como videos en Snapchat, noticias en revistas de chismes y contenido sobre cosas de belleza que jamás podrás obtener, o porque son realmente ridículas o porque son muy costosas. Se casó con el rapero Kanye West, a quien estamos a poco de perder por completo, y tuvieron dos hijos fashionistas a los que nunca puedes preguntar “oye y ¿tu mamá qué hace?”, porque seguro ni ama de casa contestarían.
Bien dicen que recordar es volver a vivir. Kim Kardashian pasó de ser un tremendo culo siendo penetrado en un video en color sepia, a un nombre que genera miles de millones de dólares con tan solo aparecer momentáneamente. Te hace reconsiderar tus estrategias laborales, ¿no?