Imagínate que tienes mucha hambre, no sólo tú, sino tus hijos recién nacidos y sólo porque terceras personas o establecimientos se sienten incomodos por estupideces, te tienes que ir a comer al baño o darles de ir a comer al baño.
¡Asqueroso! Eso sucede en muchos restaurantes y lugares públicos en diferentes países, donde las madres no pueden darle pecho a su hijo en público, ya que de inmediato existen miradas de desaprobación, de asco, acoso y por supuesto, restricciones por parte del personal y no hay de otra más que amamantar al bebé en espacios pequeños como los baños del lugar y con esto, incluir todas las limitaciones y cosas desagradables como el es, comer en un baño.
Hay una campaña de concientización hecha por whennurturecalls.com en donde hay carteles denunciando todas estas ridiculeces y a la vez que se le intenta cambiar el chip moralino y de asco estúpido a las personas.
La intención principal es la de hacer leyes que protejan a las madres lactantes contra el acoso y discriminación, cuando optan de alimentar, necesariamente a sus hijos en público. A ver a quién se le hace buena idea comer en el baño.