PUNTO G

Y cuando desperté…el millennial ya era sapiosexual

Ya habían hablado por aquí de la sapiosexualidad.

En una sociedad donde inefablemente, todo mundo trata de buscar a la pareja sentimental perfecta, espectacularmente bella, o aquellos que se sienten atraídos por alguien que se sale de los estándares de belleza actuales, muchas veces se está en la posición de tener que explicar por qué le gusta cierta persona.  Adicionalmente, sería una situación un poco awkward¿no crees?

Estas explicaciones que salen en la peda, o en la reunioncita agustiki con lxs amigxs, generalmente van cargadas de frases como güe, es que tiene un buen corazón” o “Tieneunnosequéquequéséyoquemeponenosécómo.”, como si realmente tuviéramos esa obligación implícita de justificar a los otros por qué sentimos ese interés por alguien. Si este tipo de situación te parece familiar, tienes que saber que esa atracción sexual por personas que no son consideradas bellas entre el resto, se le llama: sapiosexual.

¿SER SAPIOSEXUAL?

Empíricamente, se trata de la situación en la que sientes un inmenso interés por una persona después de conversar con ella. EXACTO, es esa en la que, mediante la conversación con tu interlocutor/a, ofrecemos algunas pistas de nuestra personalidad, pues a veces todo lo que una persona requiere para conquistar a otra es una buena y chingona plática. Ya que podrás ser atractivx, pero si te la pasas hablando de la inmortalidad de Chabelo, no lograrás el resultado en tu ligue.

A medida que la plática evoluciona, el interés aumentaA posteriori, cuando se notan las afinidades literarias, musicales y sobre la filosofía de la vida, por ejemplo, la persona en cuestión pasa a ser apreciada como un ser increíblemente hermoso, casi irresistible, al punto de hacer que tus ojos brillen, esa hemorragia de placer en que tu estómago cosquilleará por un momento. Por experiencia, esa tormenta de neurotransmisores se siente muy bien.

Y no es hasta que presentas a tu crush con tus amigos, cuando te dicen, “Pues sí está como para ti, güey” o la que aplican para no hacerte sentir mal: “Pues sí tú estás a gusto con él/ella, está muy bien, amigo”.

La buena noticia es que la belleza es algo totalmente subjetivo y, además, ahora puedes llamar con toda confianza sapiosexualidad a tu capacidad de que te gusten las personas por lo que son y no por su apariencia física. Así te dejarán de llamar “El caza orcos”, “La Angry Bird”, porque le tirabas a puro marranito o “El Pagüer Ranger” porque te metes con puro monstruo, y de ahora en adelante, serás un sapiosexual.

Llámenme un romántico zombie chapado a la antigua, pero yo la quería por su cerebro, no por el físico. Bueno, igual y los pies.

¿Te considerarías a ti mismx un sapiosexual?

-Edu Corona

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