Cada quien es libre de tener los gustos y preferencias que se le apetezcan, siempre y cuando no afecten a terceras personas. En este caso vemos un claro ejemplo de lo que vendría siendo la mecanofília, que no es otra cosa que la atracción sexual por las maquinas y sobre todo, por la de los coches.
Se registró en la cámara de seguridad, como sujeto se metió a un garage y se lanzó directamente hacia un guapísimo Porsche, que si hacemos una analogía un poco absurda, sería el equivalente a lanzarse a una modelo de Victoria’s Secret, o sea, autos y mujeres muy fuera del alcance de simples mortales.
Al parecer, el chico estuvo más que rayado y satisfecho. No queremos imaginarnos la cara que puso él o la propietaria del flamante automóvil, ya que se lo dieron por delante y por detrás.