Vino, un Discman y «Sueño Stereo»
Han pasado ya varios años de esto, recuerdo perfecto lo que sonaba de fondo, “Sueño Stereo” de Soda, en aquel Discman conectado a dos bocinas de computadora, por supuesto no había plataformas online, mucho menos internet en el mini departamento en el que vivía en mi época de estudiante. Ese día fuimos por sushi y un vino a una tienda departamental a cinco minutos caminando del lugar.
Pareja exhibicionista
Llegamos, cenamos y abrimos el vino, comenzamos a platicar del día de ambos, estábamos cansados por las exigencias de la escuela pero felices porque era viernes y nos encantaba pasarla así, entre sushi, vino y sobre todo, lo que vendría después, pues si algo nos unía como pareja era la química brutal que teníamos en la cama, tanto que nos llevó a explorar en diversos espacios a diferentes horas y en muchos casos, con gente alrededor de nosotros que ni siquiera sabía lo que hacíamos porque nos excitaba mucho la idea de que pudieran escucharnos o vernos aunque ninguno de los dos lo decía, exploramos de todo.
Besos al comenzar Zoom
Entre risas y ánimos más relajados por el vino, abrí la caja del disco, lo puse y seguimos platicando, no pasaron ni 30 segundos desde que comenzó a reproducirse cuando comenzamos a besarnos, empero, los dos sabíamos lo que nos esperaba -orgasmos aparte- y creo que al comenzar la tercera canción del álbum -Zoom-, los dos nos detuvimos por un momento, sólo para ver nuestros rostros sonrientes y calientes por tanto que disfrutábamos tocarnos y besarnos; ella, no podía ocultar lo mojada que ya se encontraba, pues tomó mi mano y me mostró y yo, me curveaba para no lastimarme con los jeans toda la emoción evidente.
Paseando por Roma mientras nos quitábamos los calcetines
Comenzamos a desnudarnos, pero no como cuando teníamos prisa o clases que atender, fue muy despacio, tomamos nuestro tiempo, no podíamos dejar de besarnos ni separarnos un poco para quitarnos los zapatos y calcetines, no sé cómo le hicimos pero cuando empezó “Paseando por Roma”, los dos estábamos ya muy excitados sólo por el hecho de estar, de esas ocasiones irrepetibles y que me parece sólo se experimentan pocas veces en la vida, cuando todo encaja, se aman y sólo quieren disfrutarse, espero que si no lo has vivido, lo vivas pronto, la vida es corta.
Para Crema de estrellas, nuestros cuerpos ya estaban totalmente lubricados.
Cuando comenzó “Crema de estrellas” los dos ya estábamos totalmente concentrados en el otro, claro -y si saben el orden del disco-, a estas alturas ya estábamos desnudos y con nuestros cuerpos totalmente lubricados, sudados y besados, ella ya se había venido en mi boca y yo tenía toda su esencia en mí; de hecho, recuerdo cada encuentro que nuestros ojos tuvieron a esta altura, ninguno tenía prisa y ciertamente, tampoco queríamos irritarnos como lo hicimos varias ocasiones en donde también, nos acostumbramos a terminar juntos. Fue hermoso, un “Ángel eléctrico” nos acompaño ese día mientras una “Planta” acarició nuestros deseos y pudimos seguir la huella de nuestros “Pasos” que al final, recorrieron un trío con Cerati (Bosio y Alberti sólo nos vieron).
Adiós Cerati
Es curioso pero no extraño que Gustavo (desde ese día puedo llamarlo así), haya partido un día 11 (día de los enamorados, uno más uno siempre son dos) de un mes 8 (infinito) de un año que no tuvo sentido como sí la tuvo toda su obra, que sobra decir, va de lo sutil a lo directo, de la ternura a lo hardcore, que sexualiza pero sobre todo enaltece el cuerpo, los deseos y lo hermoso que es compartir y vivir. Como un “Disco eterno” que me acompaña cada que te recuerdo.
Gracias totales por esa noche, Gus.
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